CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN
Después de la segunda guerra mundial, Berlín quedó dividida en 2 partes, la oriental y la occidental. Esto fue a consecuencia de la unión de tres partes occidentales.
Al haberse formado 2 estados, hubo disputas entre los líderes de ambas partes, y eso hizo que el líder de la zona oriental planificara en secreto la creación de un muro que mantuviera separada las dos partes.
El muro fue levantado y durante 30 años aproximadamente desunió la ciudad y Alemania en su totalidad.
Muchas personas murieron en el intento de cruzarlo, puesto que familias enteras fueron separadas y querían reunirse.
Cuando la misma gente de la zona oriental quiso unificarse de nuevo, agarraron todo lo que encontraron y empezaron a destruir el muro.
Desde entonces y hasta hoy, las dos partes está, unidas y el muro de Berlín ha quedado sólo como un recuerdo de lo que fue y un lugar turístico.
La privatización de las empresas estatales del este en favor de los pulpos del oeste fue subsidiada masivamente por el Estado alemán (que se hizo cargo de la deuda externa de la RDA y de las deudas internas y externas de sus empresas), lo que provocó una descomunal emisión monetaria y un crecimiento espectacular del déficit fiscal. El 'costo' de la 'unidad alemana' ascendió a varios cientos de miles de millones de dólares ... que ahora se pretende que paguen los trabajadores del este y del oeste mediante la reducción del seguro al desempleado, de los subsidios familiares y el elevamiento de la edad jubilatoria. Este 'costo', enfatizábamos entonces, "está expresando dos cuestiones fundamentales: de un lado, la falta de pujanza, el envejecimiento o la descomunal crisis del capitalismo mundial; y, del otro lado, los métodos de destrucción económica que inevitablemente ha tenido que imponer para encarar la 'unificación' ... Todo esto importa porque demuestra los límites insalvables de la penetración capitalista en el este, y su tendencia a generalizar las condiciones revolucionarias al este y al oeste de Europa" .
La anexión significó, efectivamente, una enorme destrucción de fuerzas productivas: desaparecieron las dos terceras partes del PBI industrial este alemán y la desocupación trepó más allá del 40% de la población activa. Esta sangría sistemática del este sirvió para que los capitalistas del oeste amasaran enormes beneficios y para que la economía alemana escapara por un tiempo a la recesión ... pero cuando la 'fiesta' de la 'unificación' pasó, dejó al descubierto una crisis capitalista agravada, pero por sobre todo, ha dejado en claro que la unidad alemana sólo puede hacerla la dictadura del proletariado y el socialismo.
La crisis 'oriental' se ha convertido, entonces, en una crisis general; que la gigantesca masa de beneficios provocada por el copamiento (subsidiado) de los mercados orientales y la eliminación (también subsidiada) de los competidores orientales por los grupos occidentales, no haya alcanzado para elevar de una manera decisiva la tasa de beneficio, es una demostración inapelable de la envergadura de la crisis del capitalismo alemán. La política capitalista frente a la crisis apunta a la 'convergencia de los salarios' y a una 'flexibilización radical del mercado del trabajo en toda Alemania'. Esto significa agudizar la competencia entre los trabajadores mediante la eliminación de la estabilidad en el empleo y la introducción de la famosa 'flexibilidad'; la burguesía trata de utilizar el desempleo oriental para forzar la reducción de los salarios y las condiciones de trabajo de los obreros del oeste.
Hoy, más que nunca, cuando la 'guerra social' se desenvuelve cada vez más abiertamente, "no se puede comprender la situación alemana si no se establece la conexión histórica y política que objetivamente existe entre el conjunto de la clase obrera alemana"
Entre 1989 y 1991, el mundo experimentó, en secuencia rápida, una serie de acontecimientos drásticos (la caída del Muro de Berlín, la reunificación de las dos Alemanias, el estallido interno de la Unión Soviética, el término del Pacto de Varsovia y la guerra en la antigua Yugoslavia), que resultó en los siguientes hechos:
Fin de la guerra fría y del mundo bipolar, emergiendo los Estados Unidos como potencia hegemónica. Los Estados Unidos de América reunió 28 naciones aliadas y obtuvo permiso de la O.N.U. para sacar las tropas iraquíes del territorio de Kuwait en caso de que las mismas no se retiraran de sus fronteras antes del 15 de enero de 1991. La Guerra del Golfo duró desde el 16 de enero al 27 de febrero de 1991 con la rendición incondicional de Iraq.
El inicio de las reivindicaciones del Japón y Alemania, grandes potencias económicas, pero alejadas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial de las decisiones políticas mundiales. El Japón, al recibir la negativa de Rusia de devolver las islas Curiles, ciertamente reevaluará su estructura militar, hoy limitada al 1% de su PBI por disposición constitucional impuesta por los Estados Unidos durante la ocupación al final de la Segunda Guerra Mundial.
Alemania reivindicó la retirada de las tropas de la OTAN de su territorio, ya que no existe amenaza justificada. Ambos, Japón y Alemania, desean tomar asiento como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. No se justifica tomar parte del "Grupo de los Siete" (líderes de las naciones más industrializadas) si no se tiene la contrapartida del poder político, a través del poder del veto, en el órgano de mayor representación política en el planeta. Tal reivindicación causó el pronunciamiento de los 108 países del Movimiento No-Alineado, reunidos en Indonesia en septiembre de 1992, manifestando preocupación con el ingreso de esas naciones como miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
Formación de mega-bloques económicos y políticos. La formación del NAFTA, conformado por los Estados Unidos, Canadá y México, sorprendió a los países de América del Sur pues se constituía otro mega-bloque económico en el eje Norte-Norte. Por ello se concibió la creación del MERCOSUR, del cual formaban parte inicialmente Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y ahora Chile. La posibilidad de formación de nuevos mega-bloques económicos (en el sudeste asiático encabezado por Japón, en el Oriente Medio a través de la identificación islámica, arrastrando las repúblicas islámicas a la ex-URSS y otros) es seria en relación a la perturbación que podría producir en las relaciones internacionales.
Interferencia cada vez mayor de la O.N.U., a través del Consejo de Seguridad, en las querellas regionales con el consecuente aumento del número de tropas y el número de "Peace Keeping Forces" (Fuerzas de Mantenimiento de la Paz).
Se ha observado que las sociedades del primer mundo ya no aceptan con facilidad que sus hijos sean enviados a regiones de conflicto, aumentando así los efectivos de los países en desarrollo, siendo una paradoja la gran presencia de sudamericanos tratando de hacer la paz en tierras europeas.
A la luz de los temas discutidos brevemente arriba, y teniendo en vista las tendencias observadas en estos preludios de la postguerra fría, saco las siguientes conclusiones:
En el campo político: el paso de un mundo bipolar a otro unipolar, de potencia hegemónica global, significa un cambio en la situación inicial de alta confrontación y baja inestabilidad, hacia una situación de baja confrontación y alta inestabilidad en el escenario mundial. En esa nueva situación, los conflictos bélicos regionales, siendo menos apocalípticos en cuanto a la amenaza de la paz mundial.
En el campo económico: el comercio multilateral, que floreció bajo el sistema del mundo bipolar, ahora ha evolucionado hacia la relación entre bloques o regionalismo económico. El concepto de soberanía no prevalece en el mundo de los altos intereses económicos, dado el hecho de que cada Estado ya no tiene la capacidad de sobrevivir sólo, lo cual ha conducido a la aparición de las economías de conjunto.
En el campo militar: la baja observada en los gastos militares durante el final de la guerra fría, en términos mundiales, no habrá de continuar, debiendo volver a aumentar en los próximos años, aunque de manera discreta. A lo largo del tiempo, habrá una reducción drástica de las armas nucleares de largo alcance y destrucción masiva y una implementación de las armas no nucleares de alta tecnología.
En el campo psicosocial: la mayor amenaza a la paz se originará a través de la pobreza, de las discriminaciones étnicas, del nacionalismo exacerbado, del radicalismo religioso, del narcotráfico y de las condiciones del medio ambiente, más que de cuestiones políticas.
Un muro psicológico separa todavía a los alemanes del Este y Oeste, cinco años después de la reunificación.
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